Estudiamos minuciosamente las necesidades de cada cliente de manera exclusiva, fijándonos en los detalles, gustos y preferencias.

Una vez se detectan las necesidades, intentamos aportar nuestro conocimiento para definir no solo el sistema domótico idóneo, sino también los acabados, prestaciones concretas, modo de funcionamiento y conjunción con el resto de instalaciones. Cada cliente es único y merece una solución a medida.

Plasmamos en un documento adhoc toda la información necesaria para la fase de obra: planos, diagramas, documentación para el resto de gremios y especificaciones técnicas. Adecuamos los inevitables cambio que se van sucediendo en la fase de obra de manera constante y sincronizada.

Entendemos que no solo es necesaria una buena documentación, sino también una dirección de obra en equipo con el resto de gremios implicados. De este modo, aseguramos la buena implantación de las ideas plasmadas en el proyecto.

Somos capaces de instalar los equipos y materiales definidos, coordinándonos con el instalador eléctrico de la obra para adecuarnos a su ritmo y necesidades.

Realizamos la programación en nuestras oficinas para realizar el volcado posterior en la propia instalación. Realizamos un primer testeo de las instalaciones y replanteamos todo lo que sea necesario para un uso sencillo y práctico por parte del usuario.

Explicamos el funcionamiento de uso al cliente, pero no nos quedamos aquí. Tras un tiempo de uso, proponemos cambios o mejoras después de ser utilizado ya en el día a día.

Entendemos que si los apartados anteriores se realizan correctamente, el cliente no necesita un manual de funcionamiento. Nos obsesiona el hecho de que la instalación sea fácil de manejar; que se disfrute desde el primer día.